Seleccionar página

Sois muchos los que me habéis preguntado acerca de la diferencia entre la limpieza dental normal, digamos, y el curetaje dental, y de eso es de lo que os voy a hablar en este post. 

El curetaje dental (también llamado raspado y alisado radicular) es un tratamiento que se realiza en personas que ya tienen la enfermedad periodontal. Se trata de la realización de una limpieza en más profundidad que una común. 

Con este tratamiento lo que perseguimos es eliminar el sarro que se acumula en la raíz del diente, y, a diferencia de la limpieza habitual, este procedimiento se realiza con un instrumental muy concreto: las curetas.

Para realizar un curetaje, lo que hacemos es introducir una parte de esta herramienta entre la encía y el diente para raspar la raíz que tiene el sarro. 

¿Pero qué diferencias concretas hay entre la limpieza y el curetaje dental?

Como te digo, la diferencia, para entendernos, es que el curetaje dental es una limpieza más profunda que la profilaxis al uso. Pero te cuento más cosas, espera. 

Cuando no tenemos unos buenos hábitos de higiene o en su defecto, no nos cepillamos bien los dientes, la placa bacteriana se mete entre la encía y el diente, lo que forma unas bolsas en las que se acumula la placa o el sarro, que se endurece. Es cuando el sarro se pega al diente y los tejidos de la encía se empiezan a deteriorar. Por si fuera poco, el hueso que los aguanta se retrae, y puede incluso hacer que los dientes pierdan su sujeción y caerse.

El curetaje dental hace que no haya tanta pérdida de hueso y que los tejidos se regeneren, pero eso sí, el hueso que se pierde no se puede recuperar.

Con las limpiezas normales, lo que hacemos es limpiar la placa y el sarro de la parte visible de los dientes con un ultrasonido, y también la que está en la encía “libre” y entre los dientes, ya que aquí es donde se empieza a acumular la placa y se forman las bolsas. 

¿Cuáles son los principales síntomas de que puede ser necesario un curetaje?

Obviamente, eso te lo va a decir tu dentista en Sevilla de confianza, pero sí que hay algunos síntomas que te pueden hacer encender la luz de alarma. Si los ves, ven lo antes posible a consulta para que echemos un vistazo. 

  • Si tus encías presentan un color rojo intenso
  • En el caso de que las encías sangren al cepillarte
  • Cuando tengas la sensación de que los dientes se te mueven
  • Si tienes mal aliento
  • En caso de recesión de encías, o sea, que se te pueda ver la raíz del diente. 

Es posible que no necesites un curetaje, sino una limpieza, pero es importante que lo sepas a ciencia cierta para prevenir la enfermedad periodontal, que puede hacer que pierdas piezas dentales.

Lo primero que haremos cuando vengas, es hacerte una radiografía para ver cómo está el hueso

En caso de que la sufras, tu dentista te proporcionará todas las pautas que debes seguir para evitar más problemas. 

¿Me va a doler?

Cuando hacemos un curetaje usamos anestesia local, por lo que tal vez, mientras se realiza notes molestias, pero no dolor. 

Ten en cuenta que el curetaje dental se hace por cuadrantes, y por tanto, en sesiones distintas si se tiene que hacer en más de un cuadrante, para no anestesiar toda la boca en caso de ser necesario. Si esto ocurre, no te preocupes, hay un protocolo específico para ello.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que cuando llegues a casa y se pase el efecto de la anestesia es posible que te duela la boca. Piensa que es muy probable que los dientes estén más sensibles de lo habitual, así como las encías. Lo normal es que se te recete un antiinflamatorio, pero dependerá de tu caso. 

Sí es recomendable que te enjuagues la boca durante el tiempo que te diga tu dentista con clorhexidina, ya que este antiséptico hace que la placa no se acumule tanto en los dientes y evita que aparezcan bacterias. 

La única manera de hacer que el sarro subgingival desaparezca es el curetaje dental.

¿Tienes dudas? Hablamos cuando quieras.